Este es un disco ya tardío de Coleman donde se aprecia todo el nivel profesional alcanzado por este mounstro del Jazz; donde toma un desconocido e incipiente Bossa Nova y lo interpreta tan placida y armónicamente que hace nada mas que relajar los sentidos y disfrutar la música. Es uno de esos discos que es importante el sentir la fluencia de la música, sin pensar demasiado, quizás con un Caipirinha, sentado viendo un atardecer… y disfrutando al sexteto de Coleman…
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