Dvorák estuvo tres años en Estados Unidos dirigiendo el Conservatorio Nacional de Música de Nueva York. Durante ese periodo (1893) compuso la Sinfonía nº 9 en Mi menor Op. 95,
conocida como Sinfonía del Nuevo Mundo.
En su composición incorporó influencias de la música de los nativos americanos y de las melodías negras. En algunas declaraciones indicó que para el segundo movimiento se basó en el poema La canción de Hiawatha de Longfellow y que el tercer movimiento le sugería a los
indios danzando en una fiesta en Hiawatha.
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